
Cuando pensamos en trabajo remoto, muchas veces imaginamos libertad, comodidad y flexibilidad. Pero hay una parte que casi nunca se discute: el bienestar del cuerpo. Este episodio de a5x toca justamente esa conversación olvidada a través de una historia personal, honesta y profundamente humana.
Si quieres escuchar el episodio completo, aquí tienes lo esencial para entrar en contexto.
Juan Camilo Posada —ingeniero, deportista aficionado y miembro del equipo de Fuse— vivió un momento que cambió el rumbo de su vida.
Todo empezó como un día cualquiera: una ducha, un dolor leve, nada fuera de lo común… hasta que, al intentar moverse, su cuerpo simplemente no respondió.
“Intenté hacerme en posición fetal… y no pude.”
Ese fue el inicio de un periodo donde no podía sentarse, pararse ni girar el cuello sin dolor extremo. Un punto límite que lo obligó, literalmente, a detenerse.
Lo más fuerte no fue la inmovilidad.
Fue la sensación de perderse a sí mismo.
Juan lo describe con una frase que marcó el episodio:
“El dolor fue tanto que dejé de ser yo mismo.”
La desconexión con su propio cuerpo lo llevó a reflexionar sobre algo que muchos vivimos sin darnos cuenta: cómo el sedentarismo y las rutinas del trabajo remoto erosionan silenciosamente nuestra salud física y mental.
Entre exámenes, médicos y terapias, escuchó una frase que lo marcó:
“Si puedes volver a correr, considéralo un milagro.”
Y ahí tomó una decisión que cambió el rumbo de su historia:
si recuperaba su movilidad, se iba a exigir a un nivel que nunca antes había imaginado. No para competir. No para presumir.
Simplemente para sentirse vivo otra vez.
Ese fue el inicio de una rutina de movimiento constante: natación, bicicleta, estiramientos, rituales diarios que se volvieron su soporte físico… y mental.
Y aquí aparece uno de los puntos más valiosos del episodio:
Moverse no solo mejora la salud: mejora el rendimiento.
Con más energía, más claridad mental y una estructura diaria más sólida, Juan vio cómo su disciplina física impactaba directamente su desempeño en un entorno remoto.
Con el tiempo, pasó de no poder moverse a enfrentar uno de los retos más grandes de su vida: hacer más de 200 km en bicicleta desde Medellín hasta Chinchiná… rumbo al retreat de la empresa.
No por deporte.
No por reconocimiento.
Sino para probar que su cuerpo —y su mente— estaban de vuelta.
Durante la travesía descubrió algo clave: el movimiento no solo es un acto físico, sino un espacio mental donde todo se ordena.
Montar bici se convirtió en un lugar de reflexión, silencio, enfoque y conexión consigo mismo.
Incluso así, el reto tuvo límites. Juan lo resume en una frase que enmarca la esencia del episodio:
“Lo más difícil fue decidir cuándo detenerme.”
Una lección que aplica al ejercicio, al trabajo remoto y a la vida.
A lo largo del episodio, Juan comparte cómo el movimiento se volvió parte fundamental de su rutina como ingeniero remoto:
Estos hábitos no solo mejoraron su salud; elevaron su productividad, enfoque y claridad mental.
La conclusión es simple:
para trabajar bien, primero hay que estar bien.
La historia de Juan es una invitación a ver el movimiento como una herramienta esencial, no como un accesorio.
No necesitas un Ironman.
No necesitas 200 km en bicicleta.
No necesitas horas de gimnasio.
Necesitas volver a escuchar a tu cuerpo.
A moverte un poco más.
A hacer espacio para ti.
Porque cuando trabajamos remoto, lo que no se cuida se deteriora… y lo que se fortalece nos sostiene.
Si esta historia te movió, te retó o te dejó pensando…
este episodio es para ti.

🎧 Bienestar en trabajo remoto: por qué moverse importa
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